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LA, IRA, EL ENOJO, EL ENFADO …………………

“Estoy que me hierve la sangre!!! “

“Tengo una rabia………”

“La ira me domina, esto es insoportable.”

LA, IRA, EL ENOJO, EL ENFADO …………………

“Estoy que me hierve la sangre!!! “

“Tengo una rabia………”

“La ira me domina, esto es insoportable.”

Después de ocho horas de trabajo, Luisa llega a su casa agotada. Su esposo sin moverse del sofá viendo las noticias, le dice que los niños están con hambre y no hay cena. La refri está vacía, la tienda ya cerró: “¿Por qué espera haga siempre yo las compras? ¿no, se le ocurrió pasar a comprar algo a él?”. No le dice nada, pero se siente herida. El resentimiento acumulado por la falta de colaboración en el hogar y la falta de consideración hacia ella hacen que, a la menor chispa, la carga explota: el enojo se manifiesta: siente frustración, la ira se manifiesta: de su boca salen palabras ofensivas: grita, insulta, amenaza, somata, golpea, llora, su mente reacciona instintivamente para protegerse. El esposo responde ante la reacción y el conflicto comienza. En señal de venganza, Luisa no abre la boca el resto de la noche. —pero…. había cereal y leche—- Al día siguiente le dura el berrinche. ¿Es normal?, ¿Le sirve de algo?, a quien de los dos perjudica más?

Yo me enojo, él se enoja y tú me enojas…. todos hemos experimentado esa emoción. El proceso se activa cuando nos sentimos agredidos. Pero la mayoría de las veces en lugar de manejarlo nos llena de ansiedad y reaccionamos y comienza el conflicto.

Cuidado, será mejor que controles tus emociones

¿Qué es el enojo?

  • Es un mecanismo de defensa innato en el ser humano. Se dispara cuando nos sentimos agredidos por algo o alguien, y su intensidad va en proporción al ataque o al dolor que experimentamos.
  • Se cree que la cólera deriva del miedo y de la culpabilidad. El temor a que nos hagan daño y el tener que reconocer nuestros defectos nos saca de quicio.
  • También se utiliza para obtener un fin (chantaje emocional) o como instrumento de castigo, y alguna vez funciona, pero tiene efectos secundarios genera ansiedad y permanente estado de insatisfacción.

El enfado indica que algo no funciona bien. Pone de manifiesto una parte sensible que al tocar duele. Si atacas cuando te dicen que no terminaste los estudios, tienes una espina clavada, Si te molesta que te pregunten por tu pareja cuando no tienes, sufres por estar sola.

Algunos tips:

  • Soluciona tus conflictos internos, utilizarlo para autoconocimiento y conocimiento de los demás.
  • Acepta tu vulnerabilidad, conócela y aprende a manejarla.
  • Controla la ira: expresa tu enojo de manera constructiva.
  • Pide disculpas, te quitaras un peso de encima.
  • Reflexiona en tus creencias ( lo que crees de cómo debe ser) y no dudes en modificarlas.
  • Piensa en los demás y dales lo que quieres recibir.
  • Asume tus enojos.
  • Deja de defenderte, no veas un ataque en todo lo que hacen los otros.
  • Respira antes de reaccionar
  • Encuentra técnicas de manejar constructivamente tu ira.

No todos nos enojamos por las mismas cosas, ni reaccionamos igual ante idénticos eventos. Cuando te molestes mucho con algo, ponte a pensar el verdadero porqué de la cuestión.

Probablemente estén tocando una parte vulnerable de ti y ni siquiera seas consciente de que tienes ahí escondida.

Tus enojos son el mejor termómetro para saber cómo te encuentras por dentro. Si todo te molesta, nada de lo que dicen tus amigos te agrada o cualquier comentario del jefe te cae mal; no son los demás. Permíteme un consejo: Busca en tu interior, porque está tan alterado.

Neutraliza: usa la empatía.

  • Habla con quién te ha enojado.
  • Ponte en su lugar.
  • Regula tu deseo de venganza.

Averigua la causa: ¿por qué me altero tanto?

  • Errores de concepto
  • Demasiado susceptibilidad.
  • Crees que se aprovechan de ti.

Autodominio y serenidad: si no quieres discutir.

  • Para que haya conflicto se necesitan dos.. ¿Te gustaría ser experta/o en manejo de conflictos? Cuando alguien te incite:
  • Háblale en forma pausada y sosegada.
  • Usa un tono de voz sereno, cálido y acogedor.
  • Demuestra con firmeza tu autocontrol.
  • No le des oportunidad de atacar.
  • No contestes a sus provocaciones.
  • Cuanto más enchinchando este el, más moderada debes ser tú.
  • Si continúa con su empeño, rómpele los esquemas con amabilidad, educación y buenos modales.
  • La sonrisa suele desarmar y desorientar, al contrario.
  • Si es los tercos dale la razón sin más.

Confío que estos consejos te sirvan, pero si aún crees que no manejas bien tu enojo, puedes procurar el apoyo de un Psicólogo para que te oriente.

Siempre tendremos razones para estar enfadados, pero esas razones, rara vez serán buenas. (Benjamin Franklin)

Texto: Licda. Wendy Klingenberger

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